Cuba
Un poco de su historia en el periodo revolucionario:
Apenas instalado en el poder, el gobierno revolucionario inició el desmantelamiento del sistema político neocolonial. Se disolvieron los cuerpos represivos y se garantizó a los ciudadanos, por primera vez en largos años, el ejercicio pleno de sus derechos. La administración pública fue saneada y se confiscaron los bienes malversados. De esta manera se erradicó esa tan funesta práctica de la vida republicana. Los criminales de guerra batistianos fueron juzgados y sancionados, se barrió a la corrompida dirección del movimiento obrero y se disolvieron los partidos políticos que habían servido a la tiranía.
La designación del Comandante en Jefe Fidel Castro como Primer Ministro en el mes de febrero, imprimiría un ritmo acelerado a las medidas de beneficio popular. Se aprobó una rebaja general de alquileres; las playas, antes privadas se pusieron a disposición del pueblo para su disfrute y se intervinieron las compañías que monopolizaban los servicios públicos.
La designación del Comandante en Jefe Fidel Castro como Primer Ministro en el mes de febrero, imprimiría un ritmo acelerado a las medidas de beneficio popular. Se aprobó una rebaja general de alquileres; las playas, antes privadas se pusieron a disposición del pueblo para su disfrute y se intervinieron las compañías que monopolizaban los servicios públicos.
Un hito trascendental en este proceso sería la Ley de Reforma Agraria, aprobada el 17 de mayo,la cual eliminaba el latifundio al nacionalizar todas las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión, y entregaba la propiedad de la tierra a decenas de miles de campesinos, arrendatarios y precaristas.
Esta medida, que eliminaba uno de los soportes fundamentales del dominio neocolonial, suscitó la airada respuesta de los intereses afectados. El gobierno de Estados Unidos no había ocultado su disgusto por el triunfo de la Revolución y, tras promover una malintencionada campaña de prensa, adoptó una política de hostigamiento sistemático contra Cuba, alentando y apoyando a movimientos contrarrevolucionarios con el propósito de desestabilizar el país.
Los obstáculos interpuestos por el presidente Manuel Urrutia a las transformaciones revolucionarias provocaron en julio la renuncia de Fidel Castro al premierato, cargo al que retornaría días después en medio de multitudinarias manifestaciones de apoyo que determinaron la renuncia del presidente y su sustitución por Osvaldo Dorticós. En octubre aborta una sedición militar en Camagüey orquestada por el jefe de esa plaza, el comandante Hubert Matos, en abierto contubernio con latifundistas y otros elementos contrarrevolucionarios de la localidad. Entretanto, los crecientes actos de sabotaje y el terrorismo comenzaron a cobrar víctimas inocentes.
Para enfrentar la oleada contrarrevolucionaria, se crean las Milicias Nacionales Revolucionarias y los Comités de Defensa de la Revolución, organizaciones que, junto a la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de Jóvenes Rebeldes y otras constituidas con posterioridad, posibilitaron una participación más amplia del pueblo en la defensa de la Revolución. La permanente hostilidad norteamericana se materializa en sucesivas medidas encaminadas a desestabilizar la economía cubana y aislar el país del resto de la comunidad internacional. A ello la Revolución responde con una dinámica política exterior que amplía las relaciones y establece convenios con otros países -incluidos los socialistas- en una prueba de su firme decisión de romper la tradicional dependencia comercial. En julio de 1960, tras conocer la supresión de la cuota azucarera cubana por el gobierno de Washington, Fidel Castro anuncia la nacionalización de todas las propiedades norteamericanas en la Isla. A esta medida seguiría, pocos meses después, la decisión de nacionalizar las empresas de la burguesía cubana que, definitivamente alineada junto a Estados Unidos y los sectores oligárquicos, se había entregado a sistemáticas maniobras de descapitalización y sabotaje económico.
Pero las agresiones norteamericanas no se limitaron al terreno de la economía. Mientras fomentaba la creación de organizaciones y bandas contrarrevolucionarias de alzados en distintas regiones del país, a las que suministraba armamento y otros abastecimientos, la administración Eisenhower -que rompe relaciones con Cuba en enero de 1961- había iniciado la preparación de una brigada mercenaria con el propósito de invadir la Isla.
La invasión se iniciaría el 17 de abril por la zona de Playa Girón, tras un bombardeo sorpresivo a las bases aéreas cubanas. En el sepelio de las víctimas de este ataque, Fidel Castro proclamó el carácter socialista de la Revolución, algo que se percibía ya a partir de las medidas tomadas en los meses finales de 1960.
Los obstáculos interpuestos por el presidente Manuel Urrutia a las transformaciones revolucionarias provocaron en julio la renuncia de Fidel Castro al premierato, cargo al que retornaría días después en medio de multitudinarias manifestaciones de apoyo que determinaron la renuncia del presidente y su sustitución por Osvaldo Dorticós. En octubre aborta una sedición militar en Camagüey orquestada por el jefe de esa plaza, el comandante Hubert Matos, en abierto contubernio con latifundistas y otros elementos contrarrevolucionarios de la localidad. Entretanto, los crecientes actos de sabotaje y el terrorismo comenzaron a cobrar víctimas inocentes.
Para enfrentar la oleada contrarrevolucionaria, se crean las Milicias Nacionales Revolucionarias y los Comités de Defensa de la Revolución, organizaciones que, junto a la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de Jóvenes Rebeldes y otras constituidas con posterioridad, posibilitaron una participación más amplia del pueblo en la defensa de la Revolución. La permanente hostilidad norteamericana se materializa en sucesivas medidas encaminadas a desestabilizar la economía cubana y aislar el país del resto de la comunidad internacional. A ello la Revolución responde con una dinámica política exterior que amplía las relaciones y establece convenios con otros países -incluidos los socialistas- en una prueba de su firme decisión de romper la tradicional dependencia comercial. En julio de 1960, tras conocer la supresión de la cuota azucarera cubana por el gobierno de Washington, Fidel Castro anuncia la nacionalización de todas las propiedades norteamericanas en la Isla. A esta medida seguiría, pocos meses después, la decisión de nacionalizar las empresas de la burguesía cubana que, definitivamente alineada junto a Estados Unidos y los sectores oligárquicos, se había entregado a sistemáticas maniobras de descapitalización y sabotaje económico.
Pero las agresiones norteamericanas no se limitaron al terreno de la economía. Mientras fomentaba la creación de organizaciones y bandas contrarrevolucionarias de alzados en distintas regiones del país, a las que suministraba armamento y otros abastecimientos, la administración Eisenhower -que rompe relaciones con Cuba en enero de 1961- había iniciado la preparación de una brigada mercenaria con el propósito de invadir la Isla.
La invasión se iniciaría el 17 de abril por la zona de Playa Girón, tras un bombardeo sorpresivo a las bases aéreas cubanas. En el sepelio de las víctimas de este ataque, Fidel Castro proclamó el carácter socialista de la Revolución, algo que se percibía ya a partir de las medidas tomadas en los meses finales de 1960.
Bastaron menos de 72 horas para que el pueblo aplastase a la brigada mercenaria que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) había tardado meses en adiestrar. Pese a esta histórica derrota, Estados Unidos no cejó en su propósito de aplastar a la Revolución Cubana.
Mediante el "Plan Mangosta" se dispuso una sucesión de operaciones de agresión que no descartaban la intervención militar directa. | |
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Ello conduciría a una grave crisis internacional en el mes de octubre de 1962, al conocerse la instalación de cohetes soviéticos en la Isla. Los compromisos mediante los cuales se dio solución a la crisis, no pusieron fin a las prácticas de agresión del imperialismo.
Asimismo, la acción decidida de nuestro pueblo, organizado en las Milicias Nacionales Revolucionarias y también en las Fuerzas Armadas, enfrentó a las bandas armadas contrarrevolucionarias. El bandidaje se liquidó definitivamente en 1965, cuando laúltima banda organizada que actuó en el país, la de Juan Alberto Martínez Andrades, fue capturada el 4 de julio. Otros bandidos dispersos que trataban de huir de la justicia revolucionaria fueron capturados durante los meses siguientes. Así llegó a su fin la guerra sucia impuesta al pueblo cubano por el imperialismo y las clases reaccionarias, enfrentamiento armado que se extendió durante casi seis años y afectó a todas las provincias del país.
En esta guerra sucia impuesta por Estados Unidos, entre 1959 y 1965, actuaron en todo el territorio nacional 299 bandas con un total de 3 995 efectivos. Entre los combatientes de las tropas regulares y milicianas que participaron en las operaciones, más las víctimas de los crímenes de los bandidos, perdieron la vida 549 personas y muchas otras personas quedaron incapacitadas. El país tuvo que gastar alrededor de mil millones de pesos en esos difíciles años para la economía nacional.
La combinación de las acciones militares con las de carácter político e ideológico desempeñaron un papel decisivo en la victoria sobre los bandidos. La derrota del bandidismo en Cuba demostró la imposibilidad de obtener la victoria en una guerra de guerrillas contra un pueblo armado cuando este protagoniza una Revolución.
En el ámbito internacional, Estados Unidos conseguía separar a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la mayor parte de las naciones latinoamericanas, salvo la honrosa excepción de México, rompieran relaciones con Cuba. No obstante, la Revolución Cubana fortalecía sus vínculos con el campo socialista y los países del Tercer Mundo, participa en la constitución del Movimiento de Países No Alineados y desarrolla una activa política de solidaridad hacia los movimientos de liberación nacional y de apoyo a los mismos.
La nación que resistiera decididamente todo tipo de agresiones armadas debía sobrevivir también al férreo cerco económico. Estados Unidos había suprimido todo comercio con la Isla y se esforzaba por sumar a otros estados a tan criminal bloqueo. Cuba se veía así privada de suministros vitales para su agricultura y su industria. Pero la activa solidaridad de la Unión Soviética y otros países socialistas, unida al tenaz esfuerzo laboral y la inventiva del pueblo, posibilitaron que la economía nacional no sólo se mantuviera funcionando, sino que también creciese.
En medio de notables dificultades económicas, se logró eliminar el desempleo y garantizar a la población la satisfacción de sus necesidades fundamentales.
Asimismo, la acción decidida de nuestro pueblo, organizado en las Milicias Nacionales Revolucionarias y también en las Fuerzas Armadas, enfrentó a las bandas armadas contrarrevolucionarias. El bandidaje se liquidó definitivamente en 1965, cuando laúltima banda organizada que actuó en el país, la de Juan Alberto Martínez Andrades, fue capturada el 4 de julio. Otros bandidos dispersos que trataban de huir de la justicia revolucionaria fueron capturados durante los meses siguientes. Así llegó a su fin la guerra sucia impuesta al pueblo cubano por el imperialismo y las clases reaccionarias, enfrentamiento armado que se extendió durante casi seis años y afectó a todas las provincias del país.
En esta guerra sucia impuesta por Estados Unidos, entre 1959 y 1965, actuaron en todo el territorio nacional 299 bandas con un total de 3 995 efectivos. Entre los combatientes de las tropas regulares y milicianas que participaron en las operaciones, más las víctimas de los crímenes de los bandidos, perdieron la vida 549 personas y muchas otras personas quedaron incapacitadas. El país tuvo que gastar alrededor de mil millones de pesos en esos difíciles años para la economía nacional.
La combinación de las acciones militares con las de carácter político e ideológico desempeñaron un papel decisivo en la victoria sobre los bandidos. La derrota del bandidismo en Cuba demostró la imposibilidad de obtener la victoria en una guerra de guerrillas contra un pueblo armado cuando este protagoniza una Revolución.
En el ámbito internacional, Estados Unidos conseguía separar a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la mayor parte de las naciones latinoamericanas, salvo la honrosa excepción de México, rompieran relaciones con Cuba. No obstante, la Revolución Cubana fortalecía sus vínculos con el campo socialista y los países del Tercer Mundo, participa en la constitución del Movimiento de Países No Alineados y desarrolla una activa política de solidaridad hacia los movimientos de liberación nacional y de apoyo a los mismos.
La nación que resistiera decididamente todo tipo de agresiones armadas debía sobrevivir también al férreo cerco económico. Estados Unidos había suprimido todo comercio con la Isla y se esforzaba por sumar a otros estados a tan criminal bloqueo. Cuba se veía así privada de suministros vitales para su agricultura y su industria. Pero la activa solidaridad de la Unión Soviética y otros países socialistas, unida al tenaz esfuerzo laboral y la inventiva del pueblo, posibilitaron que la economía nacional no sólo se mantuviera funcionando, sino que también creciese.
En medio de notables dificultades económicas, se logró eliminar el desempleo y garantizar a la población la satisfacción de sus necesidades fundamentales.
Una vasta campaña de alfabetización en 1961, suprimía la vieja lacra del analfabetismo. Pese al éxodo de profesionales y técnicos alentado desde Estados Unidos, particularmente sensible en el área de la salud, la creación de un servicio médico rural permitía llevar la asistencia médica a los más apartados rincones del país. | |
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El sistema educacional alcanza también por primera vez una completa cobertura nacional y un extenso programa de becas pone la educación media y superior al alcance de toda la población.
La calidad de vida se vio enriquecida gracias a una amplia labor de difusión cultural, que se materializó en ediciones regulares -y generalmente masivas- de obras literarias, la creación y sustento de múltiples conjuntos artísticos, la promoción del movimiento de aficionados, y una amplia producción y exhibición cinematográfica. En el mismo sentido influye la generalización de la práctica de deportes, la cual sustentaría una creciente y destacada participación de deportistas cubanos en lides deportivas internacionales.
Tan considerable esfuerzo popular no hubiera podido materializarse sin una apropiada conducción política. Desde el primer año de la Revolución, en las bases y direcciones de las organizaciones revolucionarias comienza una integración que no estaría exenta de dificultades. En marzo de 1962, poco después de que Fidel Castro denunciara la existencia de deformaciones sectarias en el proceso de creación de las organizaciones revolucionarias, se comienza la construcción de lo que sería el Partido Unido de la Revolución Socialista. Este adopta como fundamento la selección de su militancia sobre la base de la ejemplaridad de trabajadores elegidos en el seno de sus colectivos laborales. Un hito decisivo en la materialización de la unidad será la constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en 1965, como máxima instancia de dirección de la Revolución.
En 1963 de había adoptado una estrategia de desarrollo económico que, tomando en consideración las características de la economía cubana y las perspectivas comerciales con la URSS y otros países socialistas, tenía como pivote la agricultura, en la que se planteaba producir 10 millones de toneladas de azúcar para 1970. Este era sin duda un formidable reto, si se tiene en cuenta las condiciones organizativas, técnicas y materiales del país. Al enfrentar este reto se produjeron distorsiones. El fracaso de la "zafra de los 10 millones" daría paso a una revisión de esa política.
La calidad de vida se vio enriquecida gracias a una amplia labor de difusión cultural, que se materializó en ediciones regulares -y generalmente masivas- de obras literarias, la creación y sustento de múltiples conjuntos artísticos, la promoción del movimiento de aficionados, y una amplia producción y exhibición cinematográfica. En el mismo sentido influye la generalización de la práctica de deportes, la cual sustentaría una creciente y destacada participación de deportistas cubanos en lides deportivas internacionales.
Tan considerable esfuerzo popular no hubiera podido materializarse sin una apropiada conducción política. Desde el primer año de la Revolución, en las bases y direcciones de las organizaciones revolucionarias comienza una integración que no estaría exenta de dificultades. En marzo de 1962, poco después de que Fidel Castro denunciara la existencia de deformaciones sectarias en el proceso de creación de las organizaciones revolucionarias, se comienza la construcción de lo que sería el Partido Unido de la Revolución Socialista. Este adopta como fundamento la selección de su militancia sobre la base de la ejemplaridad de trabajadores elegidos en el seno de sus colectivos laborales. Un hito decisivo en la materialización de la unidad será la constitución del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en 1965, como máxima instancia de dirección de la Revolución.
En 1963 de había adoptado una estrategia de desarrollo económico que, tomando en consideración las características de la economía cubana y las perspectivas comerciales con la URSS y otros países socialistas, tenía como pivote la agricultura, en la que se planteaba producir 10 millones de toneladas de azúcar para 1970. Este era sin duda un formidable reto, si se tiene en cuenta las condiciones organizativas, técnicas y materiales del país. Al enfrentar este reto se produjeron distorsiones. El fracaso de la "zafra de los 10 millones" daría paso a una revisión de esa política.
Su bandera:
Las tres franjas de color azul representan los tres departamentos militares en que Cuba estaba dividida en aquel entonces, estos son occidente, centro y oriente. Las franjas blancas simbolizan la pureza de los ideales y la luz de los patriotas cubanos. El triángulo equilátero de color rojo representa los tres ideales: la libertad, fraternidad e igualdad.
El color rojo es la sangre y valentía de los habitantes cubanos durante las guerras de independencia. La estrella blanca de cinco puntas representa al nuevo estado que debería formar parte de los Estados Unidos y significa la fuerza, belleza, sabiduría, virtud y caridad.
El color rojo es la sangre y valentía de los habitantes cubanos durante las guerras de independencia. La estrella blanca de cinco puntas representa al nuevo estado que debería formar parte de los Estados Unidos y significa la fuerza, belleza, sabiduría, virtud y caridad.
Las franjas de la bandera cubana integran números simbólicos. Las tres franjas azules forman el número 3 y representan la armonía. La suma de las franjas azules y blancas es el número 5 y significa el espíritu vivificador de la naturaleza. El número 7 lo forma el triángulo, y la estrella es un número considerado como divino por los judíos y griegos.
Su gobierno
Desde el triunfo de la Revolución Cubana (1959), el sistema político de Cuba ha sido el de una democracia popular; es decir un estado socialista convencional, con una socialización (estatización y en ocasiones, cooperativización) de los medios de producción. Durante casi cincuenta años, el país fue dirigido por Fidel Castro, primero como primer ministro (1959) y luego como presidente del Consejo de Estado, el máximo órgano ejecutivo, y el Consejo de Ministros (1976), actualmente al mando de su hermano Raúl Castro.
La actual Constitución de Cuba, reformada en 2002, establece que Cuba es un Estado socialista de forma irrevocable, impidiendo cualquier modificación del régimen socioeconómico. La Constitución dice en su artículo 5 que:
El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.
Poderes del Estado
El parlamento unicameral cubano, la Asamblea Nacional del Poder Popular, es el órgano supremo del poder del Estado. Tiene la potestad constituyente y legislativa, así como la atribución de elegir a los miembros de los órganos ejecutivos, judiciales y complementarios de instancia superior. Está integrada en la actualidad por 609 diputados, propuestos por una Comisión Nacional de Candidaturas de entre los delegados municipales (50 %) y otras personas con reconocido prestigio político, económico, social o cultural (50 %). Esta candidatura es ratificada o rechazada por el pueblo en las elecciones generales que tienen lugar cada cinco años, considerándose ratificado cada candidato que cuente con el 50 % de los votos válidos. Los diputados representan directamente a los ciudadanos de los municipios por los que han sido postulados. Estos no están agrupados por partidos políticos, al ser Cuba un sistema unipartidista, aunque su amplia mayoría milita en el Partido Comunista de Cuba. El parlamento cubano tiene una escasa actividad plenaria, apenas seis días por cada año. El resto del tiempo trabaja en comisiones permanentes o temporales.
El Consejo de Estado (elegido por el parlamento) es el órgano superior que representa al parlamento entre cada uno de sus periodos plenarios de sesiones. Tiene la condición de jefatura colegiada del Estado y está compuesto por su Presidente (Jefe de Estado y de Gobierno), un Primer Vicepresidente (que lo es también del Gobierno), cinco vicepresidentes, un Secretario y veintitrés miembros. Este órgano tiene potestad legislativa plena, a través de decretos-leyes que deben ser ratificados por el parlamento.
El gobierno cubano, colegiado en el Consejo de Ministros es quien ostenta las funciones ejecutivas. Sus miembros son elegidos por el parlamento o por el Consejo de Estado, por tiempo indefinido e individualmente (aunque en determinadas fechas se han efectuado renovaciones mayoritarias, la última el 2 de marzo de 2009). Está integrado por el Presidente y el Primer Vicepresidente del Consejo de Estado, por un número indeterminado de vicepresidentes (actualmente 6), que pueden ser o no ministros, su Secretario, el resto de los ministros y los presidentes de otras entidades con rango de ministerio. El gobierno cubano sesiona en pleno o selectivamente con carácter semanal.
Los otros órganos superiores son el Tribunal Supremo Popular, que encabeza el cuerpo judicial único de la nación, la Fiscalía General de la República, como garante de la legalidad de los ciudadanos e instituciones, y la Contraloría General de la República, que ejerce de máximo órgano auditor de la economía y las finanzas del Estado.
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